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PFC, el tóxico que afecta la fertilidad

PFC, el tóxico que afecta la fertilidad

Los perfluorados o PFC son sustancias químicas con propiedades impermeables y antiadherentes y se encuentran en ropa, papel plastificado, sartenes, tapicería, pesticidas o productos cosméticos.

NEUS PALOU
11/05/2016 11:54 | Actualizado a 22/06/2017 18:33


Las sartenes que evitan que se quede comida pegada es gracias a los perfluorados. Una chaqueta que no se moja cuando llueve es gracias a los perfluorados. Ciertos papeles plastificados que retienen la humedad es gracias a los perfluorados. Y además los encontramos en espumas contra incendios, insecticidas, herbicidas, pinturas, productos de limpieza, protectores antimanchas, fluidos hidráulicos, entre otros.

Seguramente el nombre perfluorados o PFC no nos es familiar pero nos rodean a diario. Son muy útiles gracias a sus propiedades impermeables, antiadherentes e ignífugos pero varios estudios han constatado que cierto nivel de algunos compuestos de esta familia de sustancias químicas puede acarrear problemas de salud

Un trabajo científico publicado en la prestigiosa revista  Human Reproduction vincula los niveles de unas sustancias químicas contaminantes pertenecientes a los llamados compuestos perfluorados (PFC), entre los que están el sulfonato de perfluorooctano y perfluorooctanoate (PFOS y PFOA) , con una mayor dificultad de las mujeres que los tienen en sus cuerpos para poder quedar embarazadas.

«El PFOA puede producir defectos de nacimiento, problemas reproductivos, y daños en el metabolismo.»


En 2006, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) determinó que PFOA es un disruptor endocrinos es decir, son sustancias que interfieren el correcto funcionamiento de nuestro sistema hormonal, pudiendo producir defectos de nacimiento, problemas reproductivos, y daños en el metabolismo.

La investigación de la Universidad del Sur de Dinamarca encontró que las mujeres con mayores niveles de perfluorados tenían un riesgo 16 veces mayor de aborto involuntario que las mujeres con niveles más bajos.

Además un estudio realizado por la Genralitat de Catalunya en 2008 también constató que los PFOS y PFOA se absorben casi por completo. Se acumulan principalmente en el hí́gado y en la sangre y se excretan muy lentamente (durante unos 4 años) por los riñones. Además pueden atravesar la placenta y acumularse en el hí́gado del feto.

«Los PFOS y PFOA pueden atravesar la placenta y acumularse en el hiígado del feto.»


En Europa ya se ha regulado el uso de los PFCs que se han utilizado má́s, y los que se ha visto que producí́an más efectos sobre la salud: el sulfonato de perfluorooctano (PFOS) y el á́cido perfluorooctano (PFOA). El PFOA tampoco se utiliza ya en los Estados Unidos.

Pero aunque el PFOA esté regulado, la organización ecologista Greenpeace denuncia en su informe “Dejando huella”, presentado a principios de 2016, la presencia de perfluorooctanoico (PFOA) en 36 de 40 productos analizados de ropa y equipación de montaña de marcas muy conocidas. Greenpeace advierte que los PCFs de la ropa se liberan a los ecosistemas, contaminándolos de forma permanente ya que son muy persistentes. Además, pueden desplazarse a grandes distancias y son bioacumulables, es decir, se acumulan en los organismos vivos

De hecho la gran persistencia en el medio ambiente es el gran problema de los PFC. Se han detectado estas sustancias en fauna silvestre y en seres humanos de todo el mundo. Una de las vías de entrada al organismo, ahora mismo, es el agua.

Un estudio del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA) confirma la presencia de PFC en el agua del grifo de las siete ciudades más pobladas a lo largo del Ebro (Barcelona, Tortosa, Lleida, Logroño, Miranda, Zaragoza y Pamplona). Las concentraciones más elevadas se han encontrado en Barcelona aunque en un porcentajes que no supone por si solos un riesgo para la salud humana.

Los Estados miembros de la UE  han comenzado a monitorear la concentración de este tipo de compuestos perfluorados (PFC) en las aguas superficiales.

FUENTE: La Vanguardia