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ORGANIZACIONES AMBIENTALES EUROPEAS INVITAN A LOS RESPONSABLES DE LA COMISIÓN EUROPEA A HACERSE ANÁLISIS DE SANGRE PARA DETECTAR TÓXICOS EN SU ORGANISMO

Organizaciones ambientales europeas invitan a los responsables de la comisión europea a hacerse análisis de sangre para detectar tóxicos en su organismo

 

El objetivo de estas pruebas es detectar PFAS, también conocidos como «tóxicos eternos», que están presentes ya en los cuerpos de buena parte de los europeos, como demostraron los resultados de HBM4EU el año pasado.

Medio Ambiente, y Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión. La presidenta Von der Leyen y otros seis altos cargos de la Comisión Europea4 han declinado inicialmente su participación, mientras que Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión, y Didier Reynders, comisario de Justicia, aún no han dado respuesta. EEB tiene previsto reiterar la invitación en los próximos días a los que aún no se han prestado a participar. En las cartas enviadas a todos ellos, EEB apunta que el coste económico por efectos en la salud asociado a la exposición a los PFAS oscila entre los 52.000 y los y 84.000 millones de euros al año en la UE.

Según Carlos de Prada, director de Hogar sin Tóxicos, una de las entidades que colaboran con EEB en la difusión de la problemática de los contaminantes químicos, “sería deseable que el mayor número posible de responsables de la Comisión Europea participen en esta iniciativa, del mismo modo que hicieron, por ejemplo, los miles de ciudadanos de a pie de la UE que se prestaron en su momento a analizar la presencia de estas sustancias tóxicas en sus cuerpos dentro de la Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana (HBM4EU), algo que permitió conocer que buena parte de los europeos tienen PFAS en su organismo”.

17.000 lugares de la UE contaminados

La contaminación por los PFAS es un tema candente en la UE en estos momentos, especialmente tras el escándalo aireado por un consorcio internacional de periodistas, publicado en Le Monde el pasado mes de febrero, donde se desveló la existencia de 17.000 lugares en la UE fuertemente contaminados con estas sustancias. Los PFAS han sido asociados, con frecuencia a bajas concentraciones, a problemas de salud como inmunotoxicidad, enfermedad tiroidea, aumento de los niveles de colesterol, cáncer de riñón y testículo, toxicidad para el desarrollo, daño hepático, efectos sobre la reproducción y la fertilidad.

No es la primera vez que se pide a responsables políticos que se presten a un análisis similar. Un ejemplo de ello fue la iniciativa Detox que llevó a cabo WWF en 2004, en la que participaron decenas de europarlamentarios y ministros nacionales, como la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, en la que se detectaron numerosas sustancias contaminantes. Según Carlos de Prada, “es de esperar que ante la seriedad del tema, la presidenta de la Comisión y los comisarios, que en su día se comprometieron a lograr una UE libre de tóxicos, se muestren favorables finalmente a participar en algo tan simple como es tomar una muestra de sangre, que no requiere más de unos minutos, y que EEB les ofrece a coste cero y con todo tipo de garantías”.

Esta nueva propuesta de EEB tiene lugar en un momento en el que existe una gran inquietud por el retraso en la reforma de la deficiente normativa comunitaria sobre sustancias tóxicas, el llamado reglamento REACH. La reforma de REACH debería servir para proteger mejor la salud de los ciudadanos frente a riesgos como el derivado de la masiva polución con PFAS y otros muchos contaminantes, algo que la normativa actual no ha podido evitar.

Muestra de la ineficacia de REACH y de la necesidad de su urgente reforma es que, tal y como revelaba un informe de la propia Agencia Europea de Medio Ambiente, solo se haya evaluado la toxicidad de forma más o menos completa del 0,5% de las más de 100.000 sustancias que circulan por el continente. De hecho, tal y como subraya el responsable de Hogar sin tóxicos, “sustancias tan preocupantes como los PFAS que nos ocupan ahora aún no han sido debidamente reguladas. Por eso sería bueno que los miembros de la Comisión colaborasen con esta iniciativa, ayudando así a visibilizar el problema de la contaminación química y mostrando su compromiso para resolverlo”.

Retraso en la propuesta de reforma de REACH

La Comisión Europea anunció en 2019, dentro de las medidas del Pacto Verde Europeo, una profunda reforma que corrigiera las graves deficiencias existentes en la normativa de sustancias tóxicas (el ya aludido reglamento REACH), y debería haber presentado una propuesta para dicha reforma hace ya seis meses, en diciembre de 2022. Sin embargo, la Comisión anunció que retrasaría dicha propuesta un año, hasta finales de 2023.

Lamentablemente, tal y como advierte Tatiana Santos, Jefa de la Política de Químicos de EEB, “la cuestión se ha ido demorando por las presiones industriales, y si la propuesta no se presenta enseguida es probable que no dé tiempo a aprobar la reforma antes de las próximas elecciones europeas en mayo de 2024, lo que podría representar que nunca se aprobase, perdiendo así una ocasión histórica de mejorar la protección de la salud de los europeos frente a infinidad de sustancias tóxicas”.