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El Congreso prohíbe las sustancias tóxicas en contacto con alimentos

El Congreso prohíbe las sustancias tóxicas en contacto con alimentos

  • Sale adelante la iniciativa para desterrar el empleo de bisfenol A y los ftalatos, como reclamaban las entidades ciudadanas
  • Un pacto final entre Unidas Podemos y PSOE en el Congreso corrige el texto del Senado

El Congreso de los Diputado ha aprobado, en una última lectura de la ley de Residuos, la prohibición de sustancias consideradas tóxicas en contacto con alimentos, como el bisfenol A y los plastificantes ftalatos. La decisión ha sido fruto de un nuevo pacto entre Unidas Podemos y el PSOE. Esta última formación ha cambiado su voto expresado en el Senado en donde llegó a pactar con el PP una enmienda que solo comportaba la reducción de estas sustancias en línea con lo que en cada momento vaya dictando el reglamento Reach de sustancias peligrosas.

La ley de Residuos aprobada establece que «estará prohibida la utilización de ftalaltos y bisfenol A en envases». Diversas entidades sociales apoyaban esta iniciativa (médicos, científicos, Rezero, Amigos de la Tierra, Surfrider España y Hogar sin Tóxicos), que reclaman arrinconar tales sustancias químicas.

Esta redacción ya estaba en la primera versión de la ley aprobada en el Congreso pero en el Senado el PSOE rectificó su postura invocando la necesidad de corregir un “error”, puesto que esta prohibición “no está contemplada en el reglamento de la UE”, por lo cual el legislador nacional “no puede” modificarlo.

Bisfenol A, más que una sospecha

Desde los años noventa del siglo pasado, los científicos han ido acumulando estudios que muestran que el bisfenol A (BPA) tiene efectos potencialmente dañinos sobre la reproducción, el desarrollo del cerebro, la salud de las glándulas mamarias y el metabolismo, entre otros. Preocupa sobre todo la exposición de mujeres embarazadas, ya que los efectos del bisfenol A pueden ser mucho más graves en embriones o fetos.

“Estos compuestos no provocan toxicidades agudas; no producen efectos adversos inmediatos; pero sí una toxicidad crónica como resultado de pequeñas dosis diarias de una sustancia química”, dice Ethel Eljarrat, investigadora del instituto Idaea-CSIC.

Usos de esta sustancia

El bisfenol A es una sustancia química que se usa para fabricar policarbonato (plástico al que da robustez) y resinas. En forma de policarbonato está presente en garrafones reutilizables dispensadores de agua (de oficina, por ejemplo), vajillas (platos y tazas) y recipientes. Y, como resinas epoxi, se usa en recubrimientos interiores para latas de bebidas y alimentos (tomate, atún, piña…). El riesgo es que se dé una migración del producto desde el recipiente a los alimentos y bebidas, dice la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

Además –como uso no alimentario– el bisfenol A está en los plásticos de policarbonato (bolígrafos, estuches, lentes orgánicas, CD y DVD, carcasas de móviles, cascos de motoristas…). “Todo el plástico de policarbonato tiene bisfenol; no se puede fabricar con otras sustancias que no sean bisfenol A”, señala Antonio Balairón, director de la Asociación Nacional del Envase de PET (ANEP). En cambio –añade– no está en las botellas de plástico PET (agua, refrescos, aceite, zumos, leche…)

El debate sobre el polémico bisfenol A ha cobrado nuevo impulso porque la EFSA está reevaluando los riesgos de esta sustancia sobre los alimentos, y ha propuesto una drástica reducción de la ingesta diaria tolerable en comparación con los valores del 2015.

La EFSA propone rebajar la tasa de ingesta diaria tolerable desde 4 microgramos por kg de peso corporal (valor actual) a 0,04 nanogramos por kg de peso corporal por día. Es una reducción de 100.000 veces.

“Los niveles actuales de exposición del consumidores al bisfenol A en la dieta superan los nuevos valores máximos establecidos ahora por la EFSA. Por eso, debemos reducir los niveles de exposición actual a este compuesto; y, para lograrlo, son necesarias medidas como las que recogía inicialmente el proyecto de ley”, recalca la investigadora Ethel Eljarrat.

Los dañinos ftalatos, disruptores endocrinos

Por su parte, los ftalatos son productos químicos ampliamente usados como  suavizantes para hacer que los plásticos, como el cloruro de polivinilo (PVC), sean más flexibles y duraderos. 

Por ejemplo, el di(2-etilhexil) ftalato (DEHP), el diisononil ftalato (DiNP), el di-butilftalato (DBP), el butil-bencil-ftalato (BBP) y el di-isodecilftalato (DIDP) se utilizan comúnmente como plastificantes en materiales de PVC como envases de alimentos y materiales en contacto con alimentos.

Hay evidencias científicas de que algunos ftalatos son dañinos para nuestra salud. Algunos son disruptores endocrinos vinculados a resultados reproductivos y metabólicos adversos. También existen estudios que vinculan la exposición a ftalatos con un mayor riesgo de problemas de aprendizaje, atención y comportamiento de los niños, nos recuerda la experta Ethel Eljarrat.

«La exposición humana a los ftalatos está muy extendida, ya que migran fácilmente fuera de los productos que los contienen. La dieta es la principal fuente de exposición para la mayoría de los ftalatos. Pero también estamos expuestos por el uso de productos de cuidado personal, o por la inhalación de aire y polvo», dicen Ethel Eljarrat.

La EFSA ha establecido un nivel de Ingesta Diaria Tolerable (TDI) seguro de 50 microgramos por kilogramo de peso corporal por día para el grupo de cuatro ftalatos: DBP, BBP, DEHP y DINP. Estos valores se han establecido basándose en sus efectos en el sistema reproductivo que provoca una reducción de la testosterona en los fetos. Para el quinto ftalato, el DIDP, se ha establecido un nivel de TDI de 150 microgramos por kilogramo de peso corporal por día debido a sus efectos en el hígado.

Los ftalatos están siendo restringidos

En los últimos veinte años, la Unión Europea y los Estados Unidos han restringido el uso de algunos ftalatos, tales como el DEHP y el DBP, en algunos productos comerciales. Como resultado, otros plastificantes como el adipato de di(2-etilhexilo) (DEHA), el éster de diisononilo del ácido dicarboxílico de 1,2-ciclohexano (DINCH) y el tereftalato de di(2-etilhexilo) (DEHT) surgen como plastificantes de reemplazo en materiales de PVC. «Es ahora, por lo tanto, necesario disponer también de estudios sobre los posibles efectos de esto compuestos, y poder evaluar si este reemplazo es seguro o no», dice Eljarrat.

Los ftalatos, más del 50 % del mercado europeo de plastificantes

Cada año se consumen 7,5 millones de toneladas de plastificantes, de los cuales el consumo europeo representa más de 1,35 millones de toneladas (estimaciones de 2020 de IHS y European Plasticisers). En 2020, los ftalatos representaron algo más del 50 % del mercado europeo de plastificantes.

 

Fuente: La Vanguardia