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Escándalo científico en la OMS por los tóxicos «eternos» en el agua potable

UN ESTUDIO REALIZADO DURANTE 22 AÑOS RELACIONA LA EXPOSICIÓN A PESTICIDAS CON EL ADELANTO DE LA PUBERTAD

  • 116 científicos critican que la OMS no se base en la ciencia en sus directrices sobre algunos contaminantes del agua y piden que se termine con los conflictos de interés en este organismo de la ONU.
  • Hogar sin Tóxicos, advierte que si no se corrije el borrador de la OMS se podrían fijar niveles legales de concentración que no protejan la salud.
  • Las sustancias que protagonizan la polémica son tóxicos persistentes que han originado una polución global.

Madrid, 23 de noviembre de 2022.- 116 científicos de prestigiosos centros de investigación internacionales han criticado muy duramente en una carta1 a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por proponer medidas que desprotegen la salud frente unos peligrosos contaminantes del agua potable: el PFOS (sulfonato de perfluorooctano) y el PFOA (ácido perfluorooctanoico). El objeto de la polémica es el borrador del documento de referencia que ese organismo de la ONU ha elaborado sobre el desarrollo de las directrices para la calidad del agua potable2 en relación a los tóxicos citados.

Como explica Carlos de Prada, director de la iniciativa Hogar sin Tóxicos que trabaja para concienciar a la población sobre los riesgos de la contaminación química, «si no se corrige la propuesta de la OMS, se podrían establecer niveles legales de concentración de estas sustancias en el agua potable que podrían ser perjudiciales para la salud». Porque, como denuncian esos 116 científicos en su carta dirigida a la OMS, esta institución no ha tenido en cuenta la sólida evidencia, mostrada por muchos estudios científicos, acerca de los daños en la salud humana que se pueden producir a concentraciones muy bajas a las que normalmente pueden exponerse muchas personas en la vida cotidiana (lo que se denominan niveles ambientalmente relevantes).

El PFOS y el PFOA pertenecen a uno de los grupos de sustancias tóxicas que más preocupan a la comunidad científica por sus efectos en la salud humana y que son conocidas con las siglas de PFAs (compuestos perfluoroalqulicos y polifluoroalquílicos). Se trata de un amplio grupo de sustancias que han originado una relevante polución global y que, como recuerda De Prada «han sido bautizadas como «forever chemicals» por su alta persistencia».

La crítica de los 116 científicos, expertos en los efectos que pueden producir estos contaminantes en la salud, es muy contundente. Afirman que la evaluación que ha hecho la OMS parece «arbitraria», que no se basa en «un enfoque basado en la salud que sea científicamente defendible» y piden «enfáticamente» que la OMS rehaga profundamente el borrador que ha presentado y que, de no hacerlo, simplemente lo retire. Insisten en que en la modificación de ése borrador se debe tener en cuenta lo que dicen los numerosos estudios científicos revisados por pares que demuestran fuertes vínculos entre la exposición a sustancias de este tipo, como el PFOS (sulfonato de perfluorooctano) y el PFOA (ácido perfluorooctanoico) y muchos efectos adversos en la salud. Los científicos revelan que, de no hacerse así, se podrían generar, en mayor o menor grado, riesgos de cáncer, daños hepáticos, inmunológicos o cardiovasculares, en la población. Riesgos que, en su opinión, la valoración de la OMS subestima inadecuadamente, de manera «infundada», sin basarse en la evidencia científica existente.

Según Hogar sin Tóxicos «es escandaloso que entidades como la OMS puedan no estar basándose en la ciencia para evaluar qué es seguro o no», siendo especialmente preocupante lo que los científicos sugieren en relación a la falta de independencia de la OMS y la influencia que sobre ella pueden tener intereses económicos ajenos a la defensa de la salud. En efecto, los científicos firmantes de la carta exigen que la OMS cumpla las políticas relaccionadas con los conflictos de interés «de modo que aquellas personas con conflictos de intereses financieros y de otro tipo no tengan funciones de asesoramiento, revisión por pares o toma de decisiones» instando encarecidamente a la OMS que evite cualquier circunstancia que sugiera una posible falta de objetividad y solicitando «que la OMS identifique los nombres, las afiliaciones y los posibles conflictos de intereses de las personas involucradas en la preparación o la revisión por pares de este borrador y cualquier documento futuro de la OMS».

Critican también estos investigadores que la OMS haya propuesto criterios que desprotegen la salud alegando que el coste de eliminar estas sustancias en el agua potable es alto. Afirman que «lo que se necesita con urgencia es que las autoridades de todo el mundo trabajen para prevenir la exposición y establezcan mecanismos para responsabilizar financieramente a los fabricantes de productos químicos por el costo de la remediación». Unos fabricantes que, como dicen estos científicos, siendo conscientes del daño de este tipo de contaminantes «continúan vendiendo estos productos químicos que contaminan el agua potable y dañan la salud de numerosas comunidades en todo el mundo».

Según la iniciativa europea de biomonitorización humana3 los PFAS han sido asociados a efectos como inmunotoxicidad, enfermedad tiroidea, aumento de los niveles de colesterol, cáncer de riñón y testículo, toxicidad para el desarrollo, daño hepático, efectos sobre la reproducción y la fertilidad. En estos momentos se plantea una fuerte restricción de muchas de estas sustancias en la Unión Europea pero existen grandes presiones en contra de la industria.

Los PFAS son un grupo de sustancias sintéticas químicamente diverso de más de 4.500 compuestos4. Se utilizan para fabricar productos que repelen el agua, la grasa y las manchas. Pueden encontrarse en multitud de productos de consumo, como prendas impermeables, envases y envoltorios de alimentos y utensilios de cocina (por ejemplo, en sartenes antiadherentes); espumas contra incendios, productos para el cuidado personal, como champú, hilo dental, esmalte de uñas y maquillaje para ojos; productos de limpieza, tapicería, cuero y alfombras, así como pinturas, barnices, lubricantes y selladores. Pueden contaminar el agua potable5 o los alimentos6. La mayoría de usos no son esenciales y existen alternativas.

Como anécdota cabe citar que la contaminación por el PFOA inspiró la película «Aguas oscuras», protagonizada por Mark Ruffalo, basada en hechos reales.

 

https://greensciencepolicy.org/docs/General/pfas-scientists-letter-to-wh…

https://cdn.who.int/media/docs/default-source/wash-documents/wash-chemic…

https://www.hbm4eu.eu/wp-content/uploads/2022/04/HBM4EU-Policy-Brief_PFA…

4 En la base de datos global de la OCDE de 2018 figuran más de 4.700 de estas sustancias químicas disponibles en el mercado mundial.

5 Por ejemplo, cerca de instalaciones de fabricación, instalaciones de tratamiento de residuos, sitios de entrenamiento militar, de extinción de incendios y aeropuertos

6 Como pescado, carne, frutas y productos de frutas, huevos, verduras y productos vegetales debido a la contaminación del suelo.